La fragilidad defensiva y el tiqui taca nihilista
En mitad del debate sobre que fútbol se está imponiendo en la actualidad, el primer tiempo del España-Inglaterra dio argumentos a los que no buscan la posesión. España tuvo el 70 por ciento de la posesión, Inglaterra el 30. España dio 358 pases, 318 buenos, Inglaterra, 136, 106 buenos. España tiró dos veces entre los tres palos, Inglaterra, tres. España no marcó e Inglaterra marcó tres goles. Sin ser la del Mundial, la Selección tuvo momentos de ese tiqui taca nihilista, de ese toque como búsqueda de la nada, de ese manoseo del balón, de ese ‘gili’ taca que llevó a la entregada afición del Villamarín a dar palmas de tango en el minuto 23 pidiendo mayor verticalidad a los españoles. Y en esas, los ingleses llegaron tres veces y metieron tres goles, consolidando las convicciones de los cholistas. Esa primera mitad recordó al repaso que nos dio Italia en la Eurocopa 2016.
Porque el debate actual, que es un debate antiguo a la par que eterno, se puede acotar entre partidarios del fútbol de Simeone y defensores del fútbol que propone Guardiola, evocando aquella rivalidad entre Bilardo y Menotti. Pero los cholistas y los guardiolistas, igual que los bilardistas y los guardiolistas, al final dependen del resultado y los análisis hubieran cambiado si España consigue remontar en la segunda parte. Y pudo hacerlo porque mejoró bastante y tuvo ocasiones para ello. La entrada de Ceballos mejoró el juego una barbaridad y la de Alcácer, la puntería del equipo. La Selección volvió a ser muy frágil en defensa. Los ingleses vivieron del error de los españoles y por eso se llevaron el partido. Luis Enrique tiene tajo. Su arranque fue muy bueno, pero montar un equipo nuevo no es sencillo. ¡A currar, Lucho! Por cierto, Luis Enrique, ¿es guardiolista o cholista? Puede ser la tercera vía.