Me consta que durante el verano del 2017 Hazard estuvo muy cerca de fichar por el Madrid. Zidane le quería a toda costa, pero la larga lesión del belga perturbó las negociaciones y, al final, tuvo que quedarse en el Chelsea. Sin embargo, su deseo de vestir la camiseta blanca no decayó y las últimas declaraciones del jugador entran en un gran plan estratégico. Unas palabras de amor muy bonitas y hábilmente halagadoras. Pero tardías. No quiero decir que Hazard ya no pueda venir sino que hubiera tenido que hacer estas declaraciones nada más terminar el Mundial insistiendo, además, en su decisión irrevocable de irse de Londres en el mejor momento para cambiar de aires. Es decir durante el mercado estival.

El futbolista belga no quiso, o no supo, forzar la situación y dejó solo al Madrid frente a la resistencia de los dirigentes del Chelsea que pedían más de 220 millones de euros por el traspaso. Una cifra que, lógicamente, sólo pagaría el club merengue por Neymar o Mbappé. Hazard tendrá que pelear también por su cuenta si pretende fichar por el equipo más importante de la historia del fútbol. Porque unos simpáticos piropos no bastan hoy en día...