El voleibol arranca con lágrimas
La penúltima semana de septiembre fue especialmente trágica para el deporte español, con el asesinato de Celia Barquín, el accidente fatídico de los jugadores de balonmano de Granollers Martí Batallé y Xavier Pocurull, el fallecimiento del exciclista Jesús Rodríguez Magro, el adiós del Padre Daniel… Una racha dramática que había comenzado con la muerte súbita de Vinicius Noronha, jugador brasileño de 26 años del CV Teruel muy querido en la ciudad, que estaba en vías de nacionalización. A dos semanas de arrancar la sesión, el golpe fue terrible para un cohesionado equipo que venía de completar un triplete en la temporada anterior: Supercopa, Copa y Liga. El rendimiento fue tan alto que sólo se había incorporado un refuerzo: Miki Fornés. La baja de Vini obligó luego al fichaje exprés de Aarón Gámiz, también internacional.
Con ese impacto reciente, el Teruel juega este sábado en casa la Supercopa ante el Unicaja Almería, en el clásico del voleibol de los últimos años. Ambos se reparten los nueve últimos títulos, seis para los turolenses y tres para los andaluces. Y empatan a seis en el cómputo global. El Almería ha remodelado más su equipo, mientras que los naranjas mantienen el bloque y reúnen a seis habituales de la Selección, entre ellos Andrés Villena, la estrella española del voley actual. Su renovación es el mejor fichaje. El voleibol ha perdido comba respecto a otros deportes de equipo, pero confía en emerger con una generación que fue subcampeona mundial juvenil en 2011. Las pequeñas ciudades con menos competencia de otras disciplinas siguen siendo su tierra de crecimiento. Teruel lanza la campaña. Con una dedicatoria especial a Vinicius.