Bale, de nuevo en boxes
No todos los jugadores tienen el mismo morfotipo, ni las mismas cualidades futbolísticas. Hay jugadores que se caracterizan por su disciplina táctica, otros por su extraordinaria clase y finalmente otros por su potencial físico, que viene determinado genéticamente. Pues bien, este último grupo de futbolistas, que presentan una gran envergadura y desarrollo muscular, son también más propensos a lesiones tanto musculares como articulares. Gareth Bale pertenece a este último grupo de jugadores, con un potencial físico fuera de lo normal. Pero desde su llegada a Madrid hace ya unos años, siempre ha estado perseguido por las lesiones musculares, de difícil filiación, que han traído de cabeza a los servicios médicos del club. Nunca han podido establecer unos criterios de pronóstico en cuanto a tiempo de baja. En el último derbi con el Atlético, el jugador se retiró en el descanso del terreno de juego sin ninguna muestra de lesión. Y su ausencia en la segunda parte sorprendió al propio vestuario, en la misma medida que ha sorprendido su ausencia en el viaje a Moscú. Y máxime cuando los servicios médicos hablan de molestias, no de lesión, porque en las imágenes de la resonancia magnética no aparecen imágenes patológicas.
Pero también es verdad que la ausencia de imágenes patológicas no indica que no haya lesión. Personalmente, creo que estamos ante otro jugador, que como Marcelo, sabe gestionarse sus propios tiempos, atendiendo al instante los mínimos síntomas de alerta de su organismo, y ante la persistencia de molestias, prefiere abandonar el partido para evitar la agravación de la lesión. Hay deportistas que saben sufrir de verdad, como Nadal o Cristiano, y que compiten con dolor y sufrimiento alcanzando cotas de máximo rendimiento. Otros en cambio, miman su cuerpo, como Bale.