La mujer reivindica su espacio

Tengo que confesar que nunca hubiera imaginado poder disfrutar de la coronación de una mujer como campeona del mundo absoluta de una especialidad del motor. Son tantas las trabas y los condicionantes a los que se enfrentan que, sinceramente, no pensaba que ninguna de ellas pudiera superarlos en el corto plazo. Por fortuna, me equivocaba y Ana Carrasco se convierte en la primera mujer capaz de imponerse a los hombres en un certamen de categoría mundialista. Aunque sólo tiene 21 años es una veterana del motociclismo de élite y esa experiencia le ha servido para alcanzar su objetivo, valioso en sí mismo pero también por la barrera sexista que derriba: con talento, esfuerzo y constancia una fémina puede ser la mejor sobre una moto de competición.

Quizá sea más sencillo valorar el mérito de la gesta extrapolándola a otros deportes (la mayoría) en los que las mujeres no tienen la oportunidad de competir junto a hombres, sea el fútbol, el tenis o el ciclismo. Cualquier ejemplo nos valdría para entender mejor que el logro de Carrasco es mayúsculo, se ha impuesto a todos sus rivales en Supersport 300, un campeonato de promoción hacía categorías superiores y en el que la murciana ha refrendado que tiene cualidades sobradas para enfrentarse a cualquier competidor con independencia de su sexo. Ninguna mujer lo había hecho antes a este nivel y que haya sido una española no es sino una muestra más de que el motociclismo nacional es un referente indiscutible se trate de lo que se trate. Felicidades y a por nuevos objetivos.