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La colosal España de Luis Enrique reabre la herida del Mundial

Acumulación de madridistas. Es imposible abstraerse en este país de las adhesiones a los clubes. Lo importante no es en qué equipo jueguen, sino que jugaron 11 españoles y que regalaron una actuación memorable, un correctivo monumental a la subcampeona del mundo. Luis Enrique ha necesitado dos partidazos para sacudirse todos los fantasmas de golpe y si optó por la alineación con más madridistas de los últimos 16 años es porque la política deportiva del Madrid ha auspiciado que algunos de los mejores españoles estén en su plantilla. Que nadie se olvide que Lucas Vázquez y Odriozola se quedaron en Madrid. Su protagonismo fue indudable, pero también el de Saúl, el gran despliegue de Gayá o el del incombustible Busquets.

Rectificar sobre la marcha. Al nuevo seleccionador hay que darle el mérito de cambiar el guión del partido sobre la marcha. La presión alta de los croatas, al principio, se tradujo en hasta tres ocasiones de gol. Oliendo el posible desaguisado, el técnico asturiano pidió combinar el juego corto con el largo. España fue otra, una apisonadora. Y resultó imposible no imaginar el partido contra Rusia con Saúl, que se llevó una de las ovaciones de su vida.

Asensio es un cañón. Su partido estaba siendo discreto, hasta que decidió centrar su posición y volver a sacar su fusil. El mallorquín se marcó un partidazo de fuera de serie absoluto, con dos zurdazos impresionantes y tres pases de gol. Su pegada y su clarividencia le convirtieron en el hombre del partido. Se divirtió e hizo mejores a todos sus compañeros, incluido Isco que tanto necesitaba sentirse importante con el balón. La Croacia de Modric y Rakitic fue un juguete ante su prodigiosa zurda.

Carvajal ha vuelto. El lateral del Real Madrid llegó a la concentración de la Selección tocado. Hasta Luis Enrique le recibió con un sonoro "¡Vaya susto!", temiendo no poder contar con él en estos dos encuentros. Dani, en velocidad de crucero y con la sana competencia de Odriozola en su club, fue vital para la victoria. Su corte a Perisic en una ocasión de gol croata y su posterior pase con el exterior, que bien hubiese firmado Modric, para el golazo de Saúl, hablan del regreso del mejor Carvajal. Lleva tres partidos siendo un avión. Un partido así no desgasta a nadie. Llena de confianza y energía a los que lo han disputado. Eso sí, la grandeza del inicio de Luis Enrique es directamente proporcional a la ocasión mundialista perdida con esta generación de peloteros.