Todo cambia, menos el poder de ellos, los futbolistas

El gatillazo. LaLiga vuelve a sufrir el gatillazo del coitus interruptus del mes de septiembre, cuando el asunto ya toma carrerilla. Uno no es capaz de distinguir entre partidos de pretemporada que hay que ganar a pesar de disputarse con polluelos que no olerán un minuto cuando haya que jugarse las habichuelas; los de pretemporada, que también hay que ganar sí o sí porque debutan los nuevos y no vaya a decirse; los de pretemporada que sirven de presentación del equipo y por tanto también hay que ganar; los de pretemporada en Tánger que son título oficial y que hay que vencer obligatoriamente y los ya de Liga, de semi pretemporada en realidad, pero que suman puntos y que nos llevan al coitus interruptus en el que estamos. Resumiendo: no se distingue entre pre pretemporada, pretemporada y post pretemporada. Lo único que nos queda claro es que hay que ganarlo todo y que cuando la cosa se pone interesante nos dejan colgados.

Lo que no cambia. En estas tres fases de calentamiento se acostumbran a sacar muchas conclusiones, que cuando se va de verdad al turrón no sirven para nada. Pero hay una revelación que es incontestable: aquí mandan, han mandado y mandarán los jugadores. Veamos el ejemplo. Las dos estrellas del equipo, Messi y Suárez, decidieron esta semana hablar para dos radios (Catalunya Ràdio y RAC1) y dejaron claro que hablan con quien quieren y cuando quieren y que juegan también cuando quieren. La frase de Suárez a RAC1 en la que dice que se arrepiente de “haber jugado 90 minutos ante el Leganés teniendo al Roma a tres días” deja en muy mal lugar al técnico. Porque, que se sepa, el entrenador y el que decide las alienaciones es Ernesto Valverde y no Suárez. El uruguayo asegura que cambiará. Punto para el entrenador.

Lo que puede cambiar. Ambos jugadores coincidieron en las dos entrevistas en ensalzar a su compañero Arthur diciendo que es el fichaje que más les ha sorprendido y haciendo votos para su ingreso más pronto que tarde en el equipo habitual. La decisión, obviamente, es cosa del técnico, pero como tampoco queda claro si fue él el que decidió hacer jugar a Suárez en Liga a tres días de visitar al Roma en Champions, uno no sabe si se impondrá más la pizarra o la presión de ganar desde la pre pretemporada. Valverde tiene un trabajo muy complicado.