Navarro y el siempre difícil adiós
¡Qué difícil es decir adiós al deporte! Lo hemos vivido una y otra vez, con numerosas figuras. Es difícil para el deportista, que no siempre sabe reconocer el momento de su final. Es difícil para los clubes, que en muchas ocasiones tienen que enseñar el camino de salida a sus mitos, no siempre con las mejores formas. Y es difícil para los aficionados, que se resisten a no disfrutar más de sus ídolos. El reciente caso de Juan Carlos Navarro ha reunido todos estos ingredientes. 'La Bomba' expresó en junio su deseo de continuar una temporada más como jugador en el Barcelona. Y lo volvió a repetir en julio. Y cada vez que lo manifestaba, el club deslizaba en algún medio la noticia de que no contaba con Navarro para la campaña 2018-19. El pasado viernes, 17 de agosto, el Barça anunció el final con una nota. Frío cierre.
Después de su despido al término de la sesión 2016-17, el técnico Georgios Bartzokas señaló directamente a Navarro: “Los equipos con jugadores que lo tienen que dejar y no lo entienden tienen un problema”. Rápidamente, la reacción de los aficionados fue defender a su leyenda. Navarro siguió una campaña más, incluso se anunció su renovación por diez años, siempre en el organigrama del Barça. Pero la cosa no mejoró. Ni sus números, ni el rendimiento del equipo. Tras caer en semifinales de la Liga, La Bomba dijo: “No quiero irme con esta sensación, sino con un gran título”. Y vuelta a empezar. Las estadísticas de Navarro venían cayendo en picado en las últimas temporadas, eso es una evidencia. A los 38 años quizá ya era un buen momento para dar el relevo. Pero no así, sino con un broche a la altura de los más grandes.