España estrena el VAR en Tánger
La temporada oficial (o así) empieza esta noche con una Supercopa que trae novedades: partido único (sólo fue así en tiempo ya remoto, cuando se llamó Copa Eva Duarte Perón), fuera de España (en Tánger, buena elección para mi gusto) y con estreno oficial del VAR. La International Board considera que nuestro fútbol ha hecho ya suficientes horas de vuelo (ha habido este verano muchos amistosos en los que se ha aplicado, bajo la tutela de Velasco Carballo, infatigable líder del proyecto en España) y el partido de esta noche, arbitrado abajo por Del Cerro Grande, contará con el salvavidas de Gil Manzano y su equipo de VAR.
Conviene explicar de nuevo cómo funciona esto, ahora que va a pasar la prueba para nosotros definitiva, la de someterse al juicio partidista de nuestras manías locales. El árbitro del campo es el que decide. Si el árbitro de VAR (que será de su mismo nivel y cuyo nombre conoceremos siempre) entiende que se le está escapando una cosa muy gorda, le avisará. Pero es potestad del primero revisar o no las imágenes por si tiene que reconsiderar su criterio. E insistamos: se trata de corregir sólo errores gruesos, evidentes, indiscutibles, y sólo en casos de gol, penalti, expulsión o confusión de identidad. Se pretende interrumpir muy poco.
La presentación oficial del VAR en esta Supercopa, así como su celebración en Tánger, me transmiten una sensación de agilidad de la nueva Federación. Ahora falta que salga un buen partido, entre el Barça de Messi, que veremos con qué cuerpo vuelve de un Mundial que no le ha ido bien, y un Sevilla con más vuelo, ya metido en plena actividad en busca de su clasificación para la Europa League. Y en tres días tendremos la otra Supercopa, la del derbi madrileño en Tallin, para la que anoche Madrid y Atlético hicieron el último ensayo. El Madrid ganó, con goles de Benzema, Bale y Mayoral. El Atlético no marcó y perdió.