Courtois, el balcón y el derecho al olvido
Llegó Courtois y se manifestó madridista desde pequeñito, con Casillas como referencia. Enseguida circuló una escena suya del balcón, en un título atlético, en la que mandaba a los madridistas a tomar por donde se empiezan los cestos. Me recordó al caso Figo, más leve, que llamó llorones a los madridistas. Estas euforias en celebraciones dan lugar a brindis al sol que luego obligan a invocar el derecho al olvido que todo el mundo tiene. Pero estas cosas enseñan que mejor celebrar sin ofender, no sea que luego... Y, por cierto, me parece que despotricar en las celebraciones contra el Madrid es un hábito excesivo. Al revés no se da tanto.
No se lo tengan en cuenta. En todo caso es un gran portero, y seguramente dijo verdad ayer en lo de su vieja admiración al Madrid y a Casillas. Y era una buena ocasión de mercado, 35 millones más la cesión de Kovacic por una estrella en una posición en la que ya se han llegado a pagar 80 por Kepa, el mismo que Zidane no quiso por 20. A Courtois le acababa el contrato el año próximo, de ahí que el Chelsea se haya avenido a soltarle por una cantidad que no está acorde con su categoría. Tiene 26 años, cinco menos que Keylor Navas, al que quedan dos años de contrato, que desea cumplir. Courtois ha firmado por seis temporadas.
Son dos grandes porteros, se hará raro ver a uno de ellos en el banquillo. Sobre Keylor Navas pesa una desconfianza evidente de Florentino, que ya le tuvo embarcado en un avión para cambiarlo por De Gea (pensarlo ahora da escalofríos), cosa que remedió el fax. Después de aquello siguió funcionando como si tal cosa, y en su ejecutoria están estas tres Champions consecutivas. ¿Cómo quitarle? Pero, ¿quién se imagina a Courtois en el banquillo? Lopetegui tendrá que decidir y haga lo que haga el Madrid tendrá un gran portero, como ocurría en los años de Miguel Ángel y García Remón o, más atrás, en los de Alonso y Domínguez.