Carolina Marín, el rostro del verano

Lo que ha hecho Carolina Marín, con su tercer Mundial en bádminton, ha sido el gran campanazo de nuestro deporte este verano. He ahí una chica ejemplar, enamorada de un deporte que nos ha descubierto. En cierto modo, enlaza con la gran saga de pioneros con aquellos Nieto, Santana, Emiliano, Ochoa y Ballesteros y demás que en su día nos ayudaron a superar la trilogía clásica, fútbol, ciclismo y boxeo, y nos abrieron el interés hacia otros deportes. Curioso prodigio el de esta chica de Huelva que se ha apoderado de la escena en un deporte de latitudes tan lejanas. Y sensacional su espíritu competitivo, que le ha permitido salvar un bache.

Pero no ha sido sólo ella. Ayer el telediario vino alegrado por los gritos de las chicas del hockey hierba, bronce en el Mundial, a cuya final no llegaron por la tanda de penaltis. Y ayer mismo vimos a las chicas Sub-20 de fútbol ganar con solvencia a Paraguay. Ahora enfrentarán dos pruebas duras, con Japón y Estados Unidos, en un campeonato en el que pretenden seguir la senda de los títulos europeos de la Sub-17 y la Sub-19. Y ya veníamos del bronce de las de waterpolo, y del título europeo de las Sub-20 en baloncesto, donde las chicas no fallan un verano. En septiembre nos espera el Mundial absoluto, en Tenerife, que puede ser la traca final.

Así que este verano de fútbol tan de camelo son las chicas las que están toreando con la verdad. Y eso que nos ha faltado por lesión Mireia Belmonte, sin cuyo concurso el equipo nacional de natación es muy otra cosa. Ella es, con Carolina, figura cumbre de nuestro deporte femenino, pero afortunadamente éste no se reduce a ellas dos. Tras años de vencer dificultades, el deporte femenino ha cogido en España un enorme vuelo, que mirarán con orgullo sus precursoras de tantos años atrás. El deporte es signo de desarrollo de una sociedad, pero el deporte femenino lo es aún más, por lo que refleja de conquistas en igualdad.