Lopetegui, la presión, Bale, Vinicius...

El primer partido de Lopetegui dejó como mejor sensación unos buenos ratos de presión firme arriba. Eso que tenía el Barça de Guardiola y que tuvo la Selección del propio Lopetegui. Presión tras pérdida la llaman los técnicos y la vamos llamando los periodistas. Es relativa novedad en el fútbol. No tenía tanto sentido cuando los jugadores podían ceder al portero y éste recoger con la mano. Ahora eso no es posible, y los entrenadores van animando a sus jugadores a un primer esfuerzo para ahogar la salida del rival. Luego, a jugar, con el balón lejos de la portería propia. Y si se pierde, a empezar de nuevo.

Es un primer esfuerzo, corto e intenso, que ahorra carreras más largas hacia atrás y de regreso hacia arriba, cuando se recupera ya cerca de la portería propia. Me figuro que va a ser el sello Lopetegui en estos sus inicios en el Madrid. Antes no era fácil hacerlo: Cristiano se abstenía porque se consideraba autorizado por sus méritos de ataque, y Benzema y Bale le tomaban como ejemplo para hacer lo propio. Ahora les va a tocar apretar, si la mano viene como me parece. De que Lopetegui consiga convencerles (pero siempre, no de cuando en cuando, un rato sí, un rato no) dependerá en parte su éxito. Porque lo que no me imagino es que recurra a otros.

Bale, por cierto, sigue en la playa. Fue un poco decepción. A él le corresponde reclamar la corona, tiene condiciones enormes, pero me temo que le falta constancia. A cambio se vieron algunos relámpagos de Vinicius que ilusionan, Ceballos, al que Zidane no daba bola, disfrutó, Odriozola subió mucho y bien, Valverde dio buena pinta en la segunda parte y el canterano Reguilón convenció. Es lateral izquierdo. Theo va a dejar esa plaza (los dos goles del United llegaron por su absentismo defensivo, si bien luego le facilitó el gol a Benzema) y el chico lucha por una oportunidad. Eso quedó. Eso y la derrota, que no es grave, pero escuece.