El ángel perdido de Sergio García

Después de Wimbledon y en pleno corazón del Tour de Francia, llega el tercer clásico de julio: el Abierto Británico. Sólo un español lo ha ganado, el más grande: Severiano Ballesteros. Su imagen en Saint Andrews celebrando la segunda de sus tres coronas es un icono del golf. Sergio García ha estado cerca, sobre todo en 2007, cuando cayó en el desempate ante Padraig Harrington. Este jueves vuelve a ese campo. También fue segundo en 2014. Desde que se presentó en sociedad con 19 años y se ganó el apodo del Niño en aquel PGA Championship en el que rivalizó con Tiger Woods, se esperó su abordaje a un major. Lo rozó varias veces, tardó más de lo previsto... Y llegó por fin en el Masters de Augusta 2017, justo cuando el foco apuntaba a Jon Rahm. Durante este periplo, García ha tenido la esmerada atención de los medios.

Y no sólo cuando se marcó un ‘Tin Cup’ y tiró la bola cinco veces al agua el primer día del último  Augusta, como Sergio se empeñó en sostener. Los medios de todo el mundo se hicieron eco. Lógico: era el defensor del título. Miren lo que ha ocurrido en el Mundial de fútbol con Alemania. Si ha habido cierto distanciamiento entre García y la afición, también es responsabilidad del deportista. Su era ha coincidido con una notable bajada de licencias en España. No es su culpa, pero un campeón también debe fomentar su deporte en su país. Lo hemos visto este año, cuando Rahm inundó el campo durante el Open de España en Madrid. El carisma, el cariño... Eso que en Andalucía llaman ángel, hay que trabajarlo. García y Rahm pelearán esta semana en The Open. Les deseamos lo mejor. Y lo seguiremos contando. Como siempre.