Movistar sale vivo del caos

En el infierno del pavés, hay que destacar al Movistar y su sorprendente y excepcional trabajo que ha desempeñado en este escabroso terreno. Lo mejor de la etapa en Roubaix, la mejor de lo que va en esta gran vuelta, fue Jon Degenkolb, que se impuso al sprint frente a Greg van Avermaet y Yves Lampaert. Algo esperado pues era el más rápido de los tres escapados. Pero son muchos los acontecimientos que sucedieron como para quedarnos solo con el vencedor.

La mala fortuna persigue a Richie Porte, que se rompió la clavícula tras una caída. Adiós al Tour. Dos años seguidos abandonando por un percance. Pero no fue la única, pues Chris Froome y Mikel Landa también rodaron por el asfalto. Con mayor fortuna que el australiano, ya que se pudieron reincorporarse y, ayudados por sus equipos, acabar sin perder apenas tiempo. Romain Bardet tampoco se libró de los contratiempos, pero su equipo consiguió reducir el problema.

El mayor damnificado fue Rigoberto Urán. Perdió algo más de minuto y medio con respecto a los líderes, y se le pone más cuesta arriba las futuras jornadas de montaña en el Tour. Hoy toca descanso, y a Landa le vendrá muy bien para curar heridas. Pero el martes comienza la montaña, y Movistar sigue sin nombrar a su líder tras la etapa de pavés. Visto lo visto, siguen teniendo dos candidatos, Nairo y el alavés, para disputar la general. Con Alejandro Valverde en la recámara.