Ambos asumen el favoritismo
Curiosamente, antes de un partido de un Mundial es raro aceptar en los entornos de los dos contendientes el papel de favorito en la eliminatoria. Sin embargo, en la previa del encuentro de esta noche en Sochi entre Portugal y Uruguay correspondiente a los octavos de final, los dos bandos se ven el próximo 6 de julio disputando el duelo de cuartos. El primero en aceptar ese rol fue Fernando Santos al afirmar el pasado miércoles que creía que iban a clasificarse. Tabárez lanzó un recado en su conferencia de prensa de ayer: “Nosotros no vamos a avisar al rival de que le vamos a eliminar”. En cierto modo, el seleccionador uruguayo no quiso sacar pecho, pero dejó el guante en el aire. Tras la conferencia de prensa, los periodistas y aficionados charrúas eran menos prudentes. “Creo que vamos a ganar”, concluían tres redactores. “Primero echamos a Portugal, después a Argentina y Brasil, y ya estamos en la final del Mundial de Rusia”, vaticinaba un veterano aficionado. El favoritismo de ambas selecciones es fruto de dos equipos que han recuperado gran parte de su orgullo. Portugal, gracias a su título de campeón de Europa. Uruguay, por su condición de invicto e imbatido.
Pero si hablamos de fútbol, se enfrentan dos selecciones con argumentos parecidos: muy sólidos en defensa, bien trabajados tácticamente, muy solidarios en el esfuerzo y con dinamita arriba. Por ese motivo, es posible que ese mensaje de favoritismo sea más una estrategia de generar positivismo alrededor de cada selección que de una creencia real a la vista del paralelismo entre ambos equipos.