La tragedia de Son: tendrá que cumplir 21 meses de servicio militar en Corea
Hora feliz. El Walter Pub es un bar de copas de Río de Janeiro que se llenará hoy para ver el Serbia-Brasil, del Grupo E, no sólo porque la canarinha se juegue su pase a los octavos de final sino por la apetitosa promoción que ofrece a sus clientes. Los dueños del bar han decidido ofrecer una ronda de chupitos gratis a cada cliente por cada vez que Neymar caiga al césped del Otkrytie Arena. Hasta el momento ha recibido 14 faltas en este Mundial, una media de siete por partido. Como mantenga la línea habrá más de uno al que le cueste encontrar el camino de vuelta a casa.
Diseño. El Telstar 18 es el balón del Mundial. Un balón que ha sido criticado por casi todos los porteros, que se quejan de la capacidad que tiene el esférico para cambiar de dirección en el aire debido a su ligereza y de lo complicado que es detenerlo. Seguro que a más de uno le habrá cambiado la cara al enterarse de que el balón será sustituido a partir de los octavos por otro denominado Telstar Mechta. No hay motivo para la alegría, lo único que ha cambiado es su color. Ahora los detalles son rojos en honor al país anfitrión.
Mili. La imagen del extremo surcoreano Heung-Min Son llorando al acabar el partido que enfrentó a Corea con México ha sido una de las fotografías más desoladoras de todo el Mundial. La derrota de su selección dejó a Corea eliminada pero además conllevó un problema personal al jugador. Son será llamado a filas por su país para cumplir con el servicio militar obligatorio. Una faena para el extremo del Tottenham que tiene contrato hasta 2020 y que deberá estar 21 meses de servicio como mínimo. El Gobierno le prometió librarse si llegaba a octavos.
DEP. Y otra lastimosa noticia que nos ha dejado este Mundial es la del fallecimiento de un comentarista deportivo egipcio, que sufrió un infarto por culpa de los disgustos que le dio su selección durante el partido Egipto 1- Arabia Saudí 2, según informaron fuentes médicas a los medios locales. Abdel Rahim Mohamed trabajaba en la televisión nacional egipcia en El Cairo y fue llevado por su hijo al hospital al terminar el encuentro, donde falleció.