Un equipo tieso, pero el baile sigue
Marruecos jugó con honor y con alguna patadita de más. Pero con honor, eliminada o no, lo que Marruecos dejó claro es que nos cuesta horrores correr hacia atrás y eso es algo que hay que remediar de aquí al domingo. En el verano de nuestras vidas, el de 2010, sólo encajamos dos goles en la fase de grupos, mientras que en este cerramos balance con cinco. El tiqui-taca se conjuga siempre en ataque, lógico, el arte consiste en construir y no en destruir, pero precisamente por ello hay que tener las espaldas bien cubiertas.
Mucha gente ve al equipo cansado (tieso, incluso), seguro que el trajín de los internacionales con sus clubes contribuye a ello. Pero la frontera entre la primera fase y octavos sirve para tomar aire. La secuencia goleadora -1, +2, +1, +1, +1, +1 y +1 nos guió al título en 2010. En 2018 es de 0, +1 y 0. Bailes parecidos. Hay que seguir. Hasta el “chan, chan” final no acaba el tango.