Lo mejor por ahora, España y Cristiano
Ayer fue día de bombas. México inscribirá esa fecha en su historia, por la victoria sobre Alemania, en la que participó, en el tramo final del partido, Márquez, que disputaba así su quinto Mundial. Sólo cuatro lo han hecho, el primero de ellos también mexicano, el meta Carbajal. Los otros son Matthäus y Buffon, que no jugó ni un minuto en el 98. A esa sorpresa se unió la del empate de Brasil, que tuvo un rato primoroso, pero sólo un rato. Aflojó, la empataron y cuando quiso calentar de nuevo el motor no pudo. Neymar no está a punto. Quizá mejore con el paso del Mundial, pero hoy por hoy le faltan chispa e ideas. La solidez de Suiza exigía un Neymar más inspirado.
Esas dos sorpresas se unen a la del sábado, el empate de Islandia ante Argentina, que puso a este país patas arriba. No jugó un pimiento Argentina y muy poco Messi, al que vimos ceñudo, buscando complicidades para su juego que no encontraba. Hasta falló el penalti, para más inri. Pero, a diferencia de tropiezos anteriores, esta vez la mayor culpa se le atribuye a Sampaoli, cuyo equipo nadie entiende. Y es que Argentina no hizo nada de mérito, salvo el estupendo gol de Agüero, que cazó un tiro desviado, lo controló con mérito y soltó una media vuelta por la escuadra. Eso, dos o tres pases lúcidos de Messi y nada más. El resto fue la noche.
Así que de las pintadas como favoritas que han entrado en liza sólo ha ganado Francia, y tampoco es para presumir su raquítico 2-1 ante Australia, con un gol vía penalti de VAR y otro de rebote y vía ‘Ojo de Halcón’. Visto lo visto hasta ahora, y a la espera de Bélgica (será hoy ante Panamá) lo mejor que hemos visto por ahora lo han hecho los nuestros, con fases de magnífico juego y levantándose de dos mazazos como fueron el 1-0 y el 2-1 a pesar de un portero fallón. En cuanto a los grandes ‘cracks’, Cristiano ha sido el único que ha estado a la altura de lo que se espera de los jugadores realmente superiores. Ni Messi ni Neymar se le acercaron.