Tras la ruta revolucionaria del AVE: ‘Muy noble, muy leal, Ciudad Real’
Con mucha historia. Ciudad Real adquirió esta denominación en 1420 por decisión del Rey Juan II, otorgando a la villa un escudo con la leyenda: ‘Muy noble, muy leal, Ciudad Real’. Pero la capital de Castilla-La Mancha nunca tuvo un auge tan espectacular como el que vive y disfruta desde abril de 1992, cuando empezó a funcionar el AVE. Al gozar de una situación estratégica entre las líneas ferroviarias de Madrid y el Sur de España, se ha convertido en lugar de tránsito y también de parada y fonda. Ciudad Real estaba abandonada a su suerte, dado que la autovía de Andalucía (la A-4) pasaba a 50 kilómetros de allí. “Era un pueblo grande”, sostienen mis paisanos. Ahora es una ciudad moderna, joven y emprendedora. El edificio del Ayuntamiento, imitando a los de los Países Bajos, es un ejemplo de ello.
Fiesta de Pandorga. Está declarada de Interés Turístico Regional y se celebra los días 30 y 31 de julio en honor a la patrona de la ciudad, la Virgen del Prado. Arranca con una zurra multitudinaria (una seductora bebida compuesta de vino, limón y frutas que entra muy fácil, pero que sale de aquella manera...). Cada año más de 50.000 personas acuden a la fiesta. Y creciendo.
Muy blancos. Los madridistas siempre fueron mayoría en Ciudad Real, al no tener por desgracia un equipo propio que llegase a la élite de la Primera División. El Manchego fue siempre el gran equipo de fútbol de Ciudad Real, pero nunca logró dar el salto. Lo que sí fue orgullo de mis paisanos fue el Balonmano Ciudad Real, que dejaba pequeño el Quijote Arena (6.000 localidades) mientras amasaba, entre otras cosas, 3 Copas de Europa, 5 Ligas ASOBAL y 2 Copas. Pero el equipo emigró por falta de patrocinadores y dejó un hueco difícil de reemplazar (ahora están el Alarcos y el Caserío). Por eso el Madrid ha sido el asidero que ha logrado que los merengues llenen la Plaza Mayor en los días de Champions, con las cuatro Orejonas conquistadas a lo grande en los últimos cinco años. Un espaldarazo para la Peña de Ciudad Real, que preside con destreza Ramón Martín. Tiene ya 350 socios y en abril cumplieron 46 años de existencia (se fundó en 1972). Ramón nos recuerda que en 1983 les visitó Luis de Carlos, el por entonces presidente del club, a raíz de una eliminatoria de Copa entre el Castilla y el Manchego. La peña tiene un perfil solidario extraordinario muy valorado en la ciudad, como pudieron comprobar en su día dos de los veteranos ilustres que la visitaron: Ignacio Zoco y Manolo Velázquez. Dos señores que jamás olvidaremos. Ellos también se enamoraron de Ciudad Real... Madrid.