Nadal y el ochomil de los cinco sets
Hay un dato que se encarga de recordar Carlos Moyá siempre que habla de Nadal y la tierra: de 112 partidos al mejor de cinco sets, sólo ha perdido dos en toda su carrera. Fue contra un Novak Djokovic en estado de gracia en 2015 y frente a Robin Söderling en 2009, cuando pensaba más en sus maltrechas rodillas (después renunció a Wimbledon) que en los partidos. Si para los himalayistas la última frontera se ha convertido en hollar un ochomil en invierno, en el tenis la barrera se sitúa en tumbar al campeón a la distancia de cinco asaltos.
Moyá airea la cifra y es una forma de recordárselo a todo el vestuario, también a Dominic Thiem. El austriaco, con un excelente desempeño sobre arcilla, tiene 24 años. Y a esa edad, el balear ya había alzado cinco veces la Copa de los Mosqueteros. El heredero de Thomas Muster todavía no ha jugado una final de Grand Slam y las dos de Masters 1.000 que ha alcanzado las ha perdido. Ha ganado a Nadal tres veces, sí. Pero el español le ha arrollado dos en París. Hay que estar dispuesto a arriesgar la vida para subir ese ochomil de cinco sets. Veremos.