Hamilton recupera el control

Con una temporada de carreras tan larga como la de la Fórmula 1, siempre conviene poner las cosas en perspectiva. Lo importante no es cómo empiece el Mundial, lo que cuenta es cómo termine. Y ni siquiera ahora, con la quinta prueba del año ya disputada en España, hay que precipitarse en los pronósticos, queda muchísimo por delante, aunque lo cierto es que la segunda victoria consecutiva de Hamilton apunta más a lo razonable o previsible que la anterior superioridad de Vettel. Cuando el británico va por faena es prácticamente imparable y en Montmeló ha tenido uno de esos días de inspiración, perfecto para afianzarse al frente de la tabla de puntos y obligar a Ferrari a apretar los dientes para mantener intacta su ambición de títulos, con el condicionante de la fiabilidad.

Sobre la carrera de los españoles en casa, poco nuevo se puede decir. Sainz y Alonso cumplieron con su parte exprimiendo todo el potencial de unos monoplazas que están lejos de los mejores. Para Renault y McLaren convertirse en los primeros de la clase media parece el objetivo más realista para lo que queda de año, salvo que se produzca una evolución sorprendente de sus coches. Para el madrileño no me parece mal plan porque su prioridad pasa por continuar creciendo a la espera de proyectos de mayor solvencia; para el asturiano la cosa es diferente, puede que su cuota de paciencia esté cerca de agotarse y así su futuro en la F1 se antoja más incierto. Un séptimo para Sainz puede ser un resultado alentador, un octavo para Alonso es tan sólo un consuelo. Veremos…