El Atlético se indigna por la última torpeza de Bartomeu
Una confesión gratuita. Se puede ser prudente como Ernesto Valverde y no pasar de decir que Griezmann es un grande. Se puede cometer un error como Guillermo Amor y reconocer en vísperas de Navidad a Mónica Marchante que "puede que haya habido contactos con Griezmann", lo que ya le costó una denuncia en FIFA. Ahora, es de una torpeza manifiesta que el presidente del Barcelona recaíga y reconozca en Rac1 haber hablado con la representante del delantero atlético en el mes de octubre. Antoine tiene contrato en vigor hasta junio de 2022 y es ilegal iniciar conversaciones con un futbolista hasta seis meses antes de que expire el mismo. Una cosa es que sea moneda común moverse entre bambalinas para adelantarse en el mercado y otra bien distinta airearlo a los cuatro vientos.
El mensaje de Simeone. El Cholo fue claro cuando dijo, en el momento más delicado de la relación de Griezmann con la grada, que él haría todo lo posible para retenerle. El argentino le echó un capote a su estrella y, de paso, envió un mensaje cristalino a sus dirigentes. Una oferta mareante de 20 millones netos por temporada es la que tiene ahora el galo sobre su mesa. Un gran esfuerzo por parte del Atleti, que entiende que le saldría más caro encontrar otro Griezmann que pagarle esa diferencia de salario.
El don de la inoportunidad. Para más inri, el Atlético se asoma a una nueva final europea la próxima semana y, lo que menos le convenía era reabrir de par en par el caso Griezmann, que distorsiona el ambiente y que desenfoca de lo único importante, que es conquistar la Europa League. No quiero ni imaginarme la reacción azulgrana si el City o el PSG reconociesen abiertamente conversaciones con el padre de Messi, por trazar un paralelismo. Bartomeu ya demostró sus nulas dotes negociadoras y de gestión de los tiempos en la salida de Neymar.
La respuesta rojiblanca. Gil Marín no ha podido pasar por alto la afrenta del presidente del Barcelona. Su comunicado es durísimo por su afición, por Simeone y por la grandeza del Atlético que pregonó hace pocos días en una carta abierta a sus aficionados. Antoine, con la pelota en su tejado, se puede marchar si alguien paga su cláusula íntegra, o sea 100 millones de euros, pero el Atlético ha salido al cruce ante un desprecio con luz y taquígrafos, como si fuese un club menor. Bartomeu ha pagado su torpeza. Veremos si paga la cláusula, además del IVA.