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Sergio Ramos con la camiseta de Iniesta

La imagen de Sergio Ramos con la camiseta de Iniesta dedicada redime el lado malo del Clásico, que se resume en unas actitudes violentas y en la polémica arbitral, en la que cada lado arrima el ascua a su sardina. El que no tiene sardina a la que arrimar ascua alguna es Hernández Hernández, al que desde la bronca de Sergio Ramos con Luis Suárez aquello se le escapó. Para su desgracia, ayer GOL mostró cómo su cuarto árbitro le advertía, en una de las jugadas que peor le dejaron, de la falta aparatosa de Luis Suárez a Varane, antes de darle el gol a Messi. No siguió ese aviso, posiblemente porque había entrado en pánico desde tiempo antes.

El VAR pronto llegará, está a la vuelta de la esquina. Está en países aledaños, en el Mundial, en LaLiga a la vuelta del verano... Corregirá algunas jugadas, pero a costa de escenas inquietantes. Cojamos esa jugada. Supongamos que tras el gol de Messi hubieran avisado desde el VAR a Hernández Hernández que había falta previa. Verosímil, ¿no? Él debería consultar la pantalla junto a la banda, revisar la imagen (que le mandarían desde Las Rozas, las afueras de Madrid) y, en conciencia, anular el gol ante un Camp Nou repleto que seguramente no habría advertido falta previa alguna, porque en directo no resultó fácil de apreciar.

He cogido esta jugada en la que la imagen muestra evidencia de falta, pero habrá otras muchas que tras ser revisadas varias veces cada cual seguirá viendo con el color de su cristal. Ya sé que el VAR es inevitable, viene avalado por la pulsión tecnólatra, porque producirá corretajes y porque dará trabajo a mucho exárbitro. Ojalá salga bien, pero lo que veo hasta ahora no me anima. Claro que prefiero un arbitraje sin los errores de Hernández Hernández, pero me gusta comprobar que el fútbol se sobrepone a eso, como demuestra la foto de Sergio Ramos con la camiseta de Iniesta, que manda un mensaje limpio tras un partido embrollado.