De Lyon a Kiev: viajes del Atleti y el Madrid en los que se cuela Lobanovsky
Recopa. De Basilea era el pintor Arnold Böcklin, virtuoso del simbolismo y cuyo apellido no hay que confundir con Blokhin, de nombre Oleg, nacido en Kiev y campeón de la final de la Recopa de 1986. Se jugó en Lyon y enfrentó al Dinamo y al Atlético de Madrid (3-0 para los ucranianos). Su maestro. Blokhin, que marcó el segundo de los goles, fue una amenaza continua para aquella defensa en la que jugaban Clemente Villaverde y Miguel Ángel Ruiz, hoy día gerente y director deportivo de la Academia del Atleti y el próximo 16 de mayo orgullosos rojiblancos en la final de Lyon. Oleg sumó aquella noche el último de sus títulos internacionales y tras el partido dedicó el triunfo a su gran tutor, un técnico que entonces tenía 47 años, de nombre Valeri y apellido Lobanovsky.
Olímpico. Hoy, 43 años después de la Recopa de Basilea y 32 de la de Lyon, Lobanovsky descansa en paz en Kiev (en cuya tumba puso Shevchenko su medalla de la Champions ganada en 2003 con el Milán) y da nombre al estadio en el que juega el Dinamo y que sirve de campo alternativo al imponente Olímpico. En este jugarán Madrid y Liverpool el 26 de mayo. Con Raúl, hoy día en el organigrama del club blanco, como orgulloso merengue en la grada. Dieciséis años después de que le birlara la cartera a Lucio y batiera a Butt en Glasgow. En 2002, aquel San Isidro. Lo de la volea de Zidane esa noche ya es otro cantar.