Los ‘reds’ se van a Roma: respeto a los monumentos y no salir del estadio a pie
Sólo en autobús. Si uno va a Roma y no puede pasear por Roma, mejor no ir a Roma. Me explico. El Liverpool ha pedido a sus aficionados que sigan al pie de la letra las directrices difundidas por el club con motivo de la semifinal de la Champions League que se disputa mañana en la Ciudad Eterna. Una de las notas dice así: “Utilice el servicio de autobús de enlace para abandonar el estadio a menos que usted forme parte de un viaje organizado de un día en el que le proporcionen su propio medio de transporte. Bajo ninguna circunstancia los seguidores deben intentar salir del estadio a pie”. Y, claro, a uno le entra el tembleque.
Partido de ida. Es leer eso y venirse a la cabeza la imagen de un aficionado con un martillo en la mano. Fue tomada el pasado martes en los alrededores de Anfield, donde junto a la quedada a lo Ramos de los aficionados reds se vivieron carreras y cargas con los ultras romanos de la peor calaña como protagonistas. Un seguidor del Liverpool de 53 años permanece en coma debido a las graves heridas sufridas en la cabeza. Los consejos van dirigidos a los más de 5.000 hinchas del Liverpool que viajarán a Roma. El 5-2 de la ida les permite acariciar una final de Champions que les es esquiva desde la temporada 2006-07.
No beber en la calle. Hay más consejos, como el de asegurarse que “el nombre que aparece en la entrada se corresponda con el del DNI, ya que de lo contrario no podrá accederse al estadio”, el de “no beber en la calle, algo que está prohibido”, y alguno tan de sentido común como el de “respetar los monumentos de la capital”. A Roma habría que ir a eso precisamente, a admirar sus monumentos, comer algo rico en el Trastevere, un ristretto y al estadio. Suena tan fácil...
Mensaje de Monchi. Pensábamos que lo de los ultras ya era pasado, historia, que las sanciones de los años 80 y las regulaciones de los últimos años suponían un antídoto infalible, pero de unos meses a esta parte el tridente y el rabo de los más radicales vuelve a asomar. Por eso se agradecen palabras como las de Monchi, director deportivo del Roma. “Me gustaría que Roma esté engalanada de rojo y amarillo y que los seguidores cuelguen pancartas en los balcones para demostrar al mundo que Roma apoya al Roma. En estos momentos se habla mucho de violencia, así que demostrémosle a todos que los seguidores del Roma no son violentos”. Bien dicho. Director y deportivo.