Rakitic y los tres pulmones
Está en todos lados y parece que no se canse nunca. A diferencia de otras temporadas, el sensacional arranque de Ivan Rakitic no acabó diluyéndose durante el curso y el nivel ha permanecido desde agosto hasta mayo. Brutal. Corrió en el 4-3-3 y se fajó en el 4-4-2. Siempre fue indispensable para Ernesto Valverde, un técnico que siempre supo que la marcha de Neymar era una desgracia, pero que si en vez del brasileño hubiesen venido y se hubiese ido el croata, habría supuesto un desastre insalvable en todos los sentidos. Rakitic es indispensable. Corre con cabeza, entrega sin complicarse y es uno de los puntales de las estrellas del equipo. Él no quiere esa etiqueta y sabe dirigir el foco hacia otros, los que luego se nutren y aprovechan de su entrega y su incalculable esfuerzo sobre el césped. Lo que el croata le da al Barça pocos jugadores a nivel mundial pueden ofrecer.
Con la salida de Iniesta del Barça, una plaza de capitán quedará libre en el vestuario. Piqué ocupó la de Mascherano y Rakitic debería heredar la del manchego. Pese a que por antigüedad en el vestuario sería Sergi Roberto el heredero, por galones e influencia en el grupo, el croata debería asumir la responsabilidad. La misma que le dieron desde la planta ejecutiva del club en verano, cuando vendido Neymar al PSG, el rostro y la silueta de Rakitic tomó presencia al lado de los más mediáticos del equipo, compartiendo espacio con sus vecinos Lionel Messi, Luis Suárez y Sergio Busquets, además de Iniesta. Corre como nadie, dirige con cabeza y debe respirar con criterio. Igual Rakitic tiene tres pulmones.