El Clásico es el Clásico...de Iniesta

Hay una escena en la que Antonio Resines y Luis Ciges, padre e hijo en Amanece que no es poco, se meten en la cama, no hay más sitio en la casa. Ciges le dice a Resines: “Supongo que me respetarás, Cayetano”. “¡Y cómo no he de respetarte, padre!”. Ciges: “¡Es que un hombre en la cama siempre es un hombre en la cama!”. Y así es un Clásico. Partidos del siglo, finales... Y este Barça-Real Madrid de esta noche no es un partido descafeinado, cómo va a serlo, un hombre en la cama es un hombre en la cama.

Muchos ingredientes cafeinados en este encuentro. Cierra una temporada que comenzó con una herida. Al Barça le arrebató el Madrid todos los honores que abrieron un otoño que parecía un viacrucis para Valverde, al que le mandaron un caballo los mafiosos que distribuyen rumores: Neymar llevará camiseta blanca.

Luego el Madrid europeo se abrió paso y el Barça, más ibérico, arrasó en Liga y Copa. Y ahora el Madrid quiere vengar la mancha que el Barça le hizo en la aventura liguera mientras que el Barça se quiere desquitar de Roma… ante el Madrid. Honores mutuamente dañados en el Camp Nou. Y qué querría el fútbol más que despedir como se debe al gran maestro Iniesta, como Kim, el personaje de Kipling, “el amigo de todo el mundo”. Es la ocasión de convertir esta riña en un encuentro inolvidable. ¿El pasillo? El pasillo es el alma de los aplausos, qué más da el pasillo si las almas se respetan, como Resines respetó a su padre en Amanece que no es poco, hecha, como Iniesta, en Albacete.