NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Los billetes de Iñigo Martínez

Les confieso que el asunto Iñigo Martínez me tiene un poco aturdido. No les voy a engañar. Me debato entre la buena relación que siempre he tenido con el central de Ondarroa y entre el sentir de la afición txuri-urdin, a la que entiendo perfectamente su enfado y frustración por todo lo que ha ocurrido en este caso. Es decir, no me gustaría que Iñigo fuera pitado en Anoeta, pero es normal que no sea bien recibido, al fin y al cabo a todos nos duele cuando un ídolo se marcha al eterno rival. Es lógico que moleste, y no es para nada extraño que se exprese su sentir cuando regresa a la casa en la que se crió como futbolista.

No le deseo nada malo a Iñigo, y no olvido todo lo que dio cuando estaba en Zubieta, donde nunca se dejaba nada en la caseta (sin obviar que dejó 30 millones en las arcas realistas), pero debe entender a esa gente que le idolatraba hasta enero, y que sintió como una tradición las formas, el momento y el lugar de destino de su marcha. Encima, el fuego se avivó con sus palabras en la web del Athletic de la semana pasada, en una entrevista tan inoportuna como desafortunada, hecha en unas condiciones, cuando menos cuestionables. Eso tampoco ayuda.

Que va a haber pitos lo sabe hasta Iñigo. Lo tiene asumido. Aunque no le haga gracia, claro, porque considera que en su marcha hay cosas que cree que cuando se conozcan harán cambiar de opinión a muchos realzales. Y yo quiero que hable. La gente de la Real quiere conocer también su versión. Sinceramente, espero que lo haga pronto, y sin dobles tintas. Quizá, así, la afición no imprima más esos billetes con su cara que seguro aparecerán en Anoeta. E igual así salimos de dudas sobre si sólo le llamaron los billetes rojiblancos para cruzar la A-8, o hubo algo más. Mientras tanto, Iñigo será mal recibido en Donostia. Entendámoslo como algo normal. Pero la pitada no debe pasar de ahí. Que la sangre no llegue al río. Que no haya altercados, por favor. Esa no sería la Real que yo conozco. Si está molesto con lo que hizo Iñigo, hágaselo saber. Silbe. Pero nada más. Además, les soy sincero, a Iñigo lo que molestará de verdad es perder el Derbi vasco. Esa es la mejor forma de protestar. Así que piten si quieren, pero animen sobre todo. Porque como dice Imanol Alguacil, lo mejor que puede pasar es que todo vaya tan bien que ni nos acordemos de que Iñigo está en frente.