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Iturralde: Kuipers tuvo el partido que había soñado

Desde el minuto 1. Ya avisamos antes del partido: a Kuipers le iba a costar sacar amarillas. La entrada de Boateng a Isco nada más empezar el partido podría haber sido objeto de amonestación, pero no lo hizo. Como en el 16’, cuando no sancionó una falta que reclamó Cristiano. Ahí sólo tenía una opción: o tarjeta al portugués o a Boateng. Al final, ninguna de los dos.

Jugadas en el área. El Bayern reclamó varios penaltis. Uno nada más arrancar el partido por una mano de Carvajal que no fue. El árbitro estaba bien colocado y en cualquier caso si la hubiera dado con la mano, no habría sido penalti. Luego en el 29’, Lewandowski pidió otro penalti, pero tampoco había acción punible.

Primera amarilla. Llegó en el minuto 52’ y en un principio no se la iba a sacar. Pero el asistente le dijo algo seguro porque el pisotón desde la televisión fue claro. Fue la primera tarjeta del partido.

Gol anulado a Cristiano. Esa acción la señala el quinto árbitro, que le dice a Kuipers que Cristiano controló el balón con la mano. Era mano y desde hace un par de años no hay amonestación. Sólo es amarilla si el futbolista marca con la mano en la jugada, no como en una acción como la del futbolista portugués la mano para marcar con la misma.

Partido controlado. Kuipers mantuvo la serenidad en todo momento. Sólo tres tarjetas amarillas. Las que mostró a Casemiro y Thiago lo eran. Y ni se inmutaba cuando jugadores como Thiago le protestaban algunas acciones. Tampoco le pudo la presión del Allianz Arena. En definitiva, hizo el partido que quería hacer. No tuvo que tomar una decisión en las áreas trascendente en los primeros minutos de juego y tampoco hubo ninguna acción como para tener protestas del Bayern y Madrid. Una actuación digna en la recta final de su carrera.