La difícil encrucijada de MotoGP
El incidente entre Marc Márquez y Valentino Rossi en Argentina ha dejado al Mundial en una difícil encrucijada.
Un nuevo choque frontal entre dos de los pesos pesados de MotoGP ha dejado al Mundial en una difícil encrucijada. Marc Márquez tiró a Valentino Rossi en Argentina y se reabre así el debate sobre la seguridad en los grandes premios en lo que se refiere al exceso de ímpetu de algunos pilotos, como es el caso del español. Debate complejo donde los haya, establecer las diferencias entre arrojo y peligrosidad entra en el terreno de la subjetividad, como suele ocurrir en todos los deportes sometidos a un arbitraje directo. Los pilotos pretenden buscar soluciones de la mano de la Dirección de Carrera, aunque ni ellos mismos tienen nada claro cuál es la fórmula ideal que pueda permitir alcanzar un equilibrio tan inestable, tan cuestionable. Y esperar que se pongan de acuerdo me suena a poco probable.
Sólo estableciendo una norma muy clara, que no deje lugar a dudas, se podría consensuar un criterio sancionador válido. Por ejemplo, decidir que cualquier contacto entre motos o pilotos será castigado, aunque incluso en ese caso habría que definir con acierto de quién es la responsabilidad del incidente. Se entra así en el terreno de los juicios de valor, de las interpretaciones personales que tanta incertidumbre pueden aportar a las carreras. Sin duda alguna que el motociclismo no es un deporte de contacto, sólo que su propia dinámica impide que todo se encuentre siempre bajo absoluto control. No digo que no haya que buscar una solución al conflicto, pero insisto en que no va a ser fácil alcanzarla porque se puede poner en riesgo la esencia de la competición: buscar los límites para ser el mejor.