El resbalón ante la Juventus, que lo fue y gordo, aporta nuevos datos al análisis de la plantilla para la próxima temporada. La alineación, los cambios y los goles italianos dejan conclusiones y abren preguntas. Lo de Bale está más claro que el penalti de la Juve. Su tiempo en el Madrid ha pasado y en verano tiene que salir. Por mucho que se empeñe el entrenador en recuperar a Gareth y en disculpar su incompetencia, su cambio en el descanso termina de empaquetarlo con dirección a la Premier League. Nadie en el club se imagina otro año sufriendo por el galés. Está amortizado.

La suplencia de Benzema, por otro lado y aparte de despistar una vez más sobre las convicciones de Zidane, deja una pregunta en el ambiente: ¿Se le echó de menos? Parece que no, con lo que su peso en la plantilla empieza a ser muy liviano. Dependiendo del protagonismo que tenga en semifinales el francés, podemos estar ante el principio del fin de Karim. El fallo de Keylor es munición de primera para los que quieren fichar otro portero más galáctico y más caro.