Landa y Nairo: dos gallos en el corral
Ha sido una tarde de emociones. Y este domingo aguardan más. Me tuve que agenciar dos pantallas para poder seguir al mismo tiempo la etapa decisiva de la Vuelta al País Vasco en Arrate y el partido de dobles de la Copa Davis de Valencia. La jornada se alargó tanto que hubiera necesitado más monitores para añadir la Fórmula 1, el Mundial de motos o el Masters de Augusta. La vida no me dio para tanto. Este domingo se repetirá la historia, con la entrada de la París-Roubaix en lugar de la Itzulia y el añadido del Derbi Real Madrid-Atlético. Menuda semanita llevamos. Queda un último arreón. Esperemos que no echen a nadie de casa. Entre tanto evento ilustre, al final me decanté por escribir del ciclismo, porque era la competición que acababa este sábado. Aunque el partido de los López contra los alemanes también hubiera dado para una novela.
El País Vasco vivió el triunfo final de Primoz Roglic, un saltador de esquí que irrumpió como contrarrelojista y que ha progresado tanto que hay que apuntarle ya para carreras de más alto rango. Hubo también brillantes victorias de Omar Fraile, muy resolutivo en llegadas en grupo, y de Enric Mas, a quien Alberto Contador señaló como uno de sus sucesores. Pero sobre todo nos fijamos en la bicefalia Mikel Landa-Nairo Quintana, que se repetirá en el Tour de Francia, con el agregado de Alejandro Valverde. Las bazas estratégicas del Movistar son infinitas, pero emerge mucho gallo en el corral. Este sábado se destacó el trabajo del colombiano en Arrate, aunque desde fuera nos pareció que podría haber dado más de sí. En etapas anteriores también tiró o atacó con el vasco por delante. No fueron lances graves, aunque empujan a pensar que habrá más capítulos. Otra novela.