Un diez para Zidane y todos sus chicos
Gran partido del Madrid en París, resuelto con una victoria justa, que pudo ser más amplia. Falto de Modric y Kroos, que le dan el funcionamiento, Zidane diseñó un plan que desarmó al PSG y le buscó las cosquillas por las bandas, en especial en la segunda parte, cuando la pareja Asensio-Marcelo mejoró e igualó el nivel de Carvajal-Lucas Vázquez. Cristiano marcó su consabido gol, en un cabezazo que nos recordó en el vuelo y en la pose del remate a Santillana. El otro lo marcó Casemiro, y bien lo merecía. Hizo un partido de sacrifico tremendo, como su compañero de línea Kovacic, y además acertó en el manejo del balón.
El Madrid fue un equipo solidario sin ninguna excepción. La contrafigura fue el PSG, donde hay mucho consentido. La rabia con que juega Cavani no se extiende al resto del grupo. Faltos, además, de Neymar, escasearon las genialidades. Mbappé dio cierta sensación de peligro, pero malogró su mejor jugada por chupón, por tirar con poco ángulo cuando tenía a Cavani libre y centrado. Ahí, todavía con empate a cero, podría haber puesto un punto de emoción al partido, pero eligió mal. La imagen del PSG como equipo fue primero floja y al final deprimente. Nada que ver con aquel que le marcó 4-0 al Barça. El Madrid le desarmó.
Y si el equipo quedó mal, el club peor aún. Tanta bravata antes, tanta apelación a los ultras, las bengalas masivas en el campo... Gestos de club golfo, impropios cuando se lleva el nombre de París, nada menos, y en buena medida se representa a un estado, Qatar. No me explico este desvarío, este salto atrás en los modos y maneras del fútbol. El Madrid pasa fortalecido. En Madrid tuvo suerte para alcanzar un resultado bueno. Fue su empaque, su sacrifico y su juego lo que le hizo ganar el partido. El PSG se va fuera y, francamente, después de verle tan de cerca, no es de lamentar su pérdida en una competición cuyos hinchas deshonran.