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El Villarato queda para Larrea o Rubiales

El Consejo de Estado, un sanedrín respetable cuyo miembro más joven bien hubiera querido disfrutar la presentación de ‘El Cordobés’ en Madrid, ha fallado que no hay por qué repetir las elecciones a la Asamblea de la Federación. Tal demanda fue a mi juicio un mal capricho, surgido de no sé dónde, cuando a la vista de las revelaciones del ‘Caso Soule’ algunos descubrieron de golpe tardío algo llamado ‘villarato’ . Eso del ‘villarato’ consistía exactamente en un sistema desahogado de repartos de poder: yo te pongo ahí y tú me votas; repartimos favores, vamos tirando para adelante y el que no se suba aquí es que es un imbécil.

Yo fui quien llamó ‘villarato’ a eso. Tal funcionamiento turbio era un secreto de Polichinela que pocos desconocían. Entre estos, me temo, el último ministro del ramo, Méndez de Vigo, hoy en apuros. Concibió para Villar una ‘salida honorable, tras tantos años en la Federación’. Esa su incauta ilusión chocó con el abrupto suceso de la detención de Villar en pleno verano. Ahí saltó de la ‘salida honorable’ a la improvisada recusación de las elecciones a la Asamblea de la Federación. A la FIFA no le gustó eso y amenazó con echarnos del Mundial. Nos visitó la secretaria general, Fatma Samoura, y de aquella visita contaron lo que convino.

La verdad del cuento se sabe ahora: no nos echan del Mundial como tampoco se van a repetir elecciones a la Asamblea. Tengamos la fiesta en paz. Méndez de Vigo y su brazo deportivo, José Ramón Lete, fueron arrastrados por algún consejero extraviado. Aquello tuvo un aire de ‘boutade’ peligrosa, felizmente resuelta. Ahora estamos donde estábamos, pero mejor. Villar no va a tener la salida honorable que no merecía, la FIFA ha espantado de una palmada la repetición de las elecciones a la Asamblea y dos tipos, Larrea y Rubiales, con cuajo, apoyos y valía (que se les supone, dentro de lo que hay) se van a disputar en las urnas las túnicas de Villar.