La banda de los zurdos

La banda de los zurdos. Suena a película del Oeste. De ésas de vaqueros contra indios. Para el Leganés fue una película de terror. Un experimento de pepineros contra indios. Salió Garitano al Metropolitano con un once peculiar, inédito en lo que llevamos de temporada. En sus filas destacó la presencia de seis zocatos. A saber, Cuéllar, Rico, Omar, Gumbau, Gabriel y Raúl García.

Éste último acaudilló miradas de sorpresa apenas se supo el equipo. Jugó de interior, un puesto al que no está acostumbrado. Lo practicó en sus inicios, pero la rutina del oficio se le perdió por el camino. El gallego es ya otra cosa. Más lateral. E incluso central. La apuesta sonaba defensiva, pero quiso el Lega demostrar en los albores del partido que los tópicos no son cosas del Garitanismo.

Fueron dos jugadas. Jugadas de zurdos. La de Gabriel dejando a Eraso solo. La de Gumbau y su zapatazo al larguero que luego no supo remachar el propio Gabriel. Ahí se acabó el Lega. Temblando, como el travesaño de Oblak. Un peligro zocato evaporó sus esperanzas. Por el césped había otra zurda. La de Griezmann. Un arma de destrucción masiva que colonizó los sueños pepineros. Nadie durmió al sur de la capital. Lo del Wanda fue una pesadilla. La mayor goleada en contra de la temporada. Un feo borrón antes de la final contra el Málaga. Ahí no habrá Griezmann que valga. Seguramente tampoco alineaciones inéditas. Duró poco la banda de los zurdos.