Cuando el 0-0 es un espectáculo

En este fútbol moderno de toquecito y mentira, de dar naturalidad a goleadas que desprecian todo tipo de conceptos tácticos y en el que defender bien parece a veces poco menos que un pecado, el Sevilla-Manchester United se encargó de dar un baño de realidad al chamanismo futbolero. Porque el partido fue una oda al fútbol de verdad, al de pelear cada balón y al que necesita masticar con detenimiento cada jugada para lograr el premio del gol. Y el Sevilla hizo un partidazo, en ataque y en defensa, sabiendo que la eliminatoria dura 180 minutos y que todo se decidirá en Old Trafford. “Se han ido vivos”, decían muchos al abandonar el estadio. Sí, y el Sevilla también. Eso es importante reseñarlo.

El Ramón Sánchez Pizjuán vibró con una noche con las que siempre se sueña y que año tras año cada vez se repiten más. La grada sevillista acalló a unos ingleses a los que el efecto de la cerveza se les fue pasando con el paso de los minutos. No se cantó gol, pero se compensa con el orgullo que hoy sí siente el sevillista de ver a sus jugadores partirse la cara con jugadores como Lukaku, Alexis Sánchez o el serbio Matic. Desde el sorteo, las opciones del Sevilla de estar en cuartos no han hecho más que aumentar. Y tras el espectacular 0-0 de anoche, hay mucha vida. Vida en Champions League y ante el todopoderoso United. Quién lo diría.