'El Facu’ en el tobogán de la Copa
La Copa del Rey es el Museo del Prado del basket español. Resignados al tedioso formato competitivo de la Liga ACB, este sistema del KO con ocho equipos concentrados en una misma sede durante cuatro días se convierte en un tobogán de emociones. Ello justifica el esfuerzo que muchos aficionados han hecho para viajar hasta el paraíso de Gran Canaria para animar a su equipo favorito. Quizás estimulados por la rivalidad entre islas, el Tenerife dejó fuera de combate al Valencia, un proyecto sólido como la roca por la decidida apuesta de su presidente, pero que esta temporada está pagando caro el desgaste brutal que genera la Euroliga de 30 partidos.
El Iberostar Tenerife se encontrará en la semifinal de mañana con el Madrid de Pablo Laso. El eterno favorito. Las estadísticas le avalan. Cuatro títulos de Copa consecutivos, cinco ganadas de las seis últimas ediciones y una fiabilidad competitiva que va inherente al escudo de la casa. El Unicaja de Joan Plaza fue un rival dignísimo (al fin y al cabo era un partido de Champions), pero la jerarquía del talento personificada en Campazzo y Rudy (sobre todo en la recta final) bastó para noquear a los malagueños. Los triples hicieron creer al Unicaja (36-45), pero Carlitos Suárez, Alberto Díaz, el polaco Waczynski y el finlandés Salin no podían embocarlo todo. Aún así y pese a desperdiciar siete puntos de ventaja (70-77), no se rindieron hasta el último minuto. Ahí irrumpió el Facu, inspirado por la presencia del añorado Llull, que animaba desde el banquillo. El argentino está haciendo más llevadera la espera. Vaya crack.