Ya basta de dardos para Keylor...
La plaza de Keylor en el Madrid es como un penalti eterno, donde el que dispara le quiere aniquilar y el tico está ahí, a lo suyo; la pantera siempre espera para frenar el ataque. Y al final lo logra tapar con total calidad, incuestionable, o al menos así debería ser. Desde que llegó a Chamartín vivió con ello y es increíble, si se mira hacia atrás y se ve el resultado. El meta superó a Iker, Diego López, Casilla, De Gea, Courtois, Lloris, Donnarumma, Kepa y muchos más que no han salido en la agenda pública. A muchos les dejó a punto de firmar y a los tres primeros les superó en Valdebebas y en el Bernabéu. Parece que la presión por buscarle un sustituto ha resultado efectiva, pues cuanto más cercana ha estado su salida, más se dispararon sus galones.
Keylor demostró en Mestalla su capacidad de ser santo, como ya hizo en Vigo, en el Camp Nou, en dos finales de Champions, ganando Supercopas de Europa y España, Mundiales de Clubes... Y, sobre todo, ganándose el respeto de los madridistas e incluso de sus enemigos con otras camisetas. El costarricense está convirtiéndose en un portero mítico y curiosamente eso es lo que pretende buscar el Madrid. El momento irregular del equipo no pasa por Keylor; si no fuera por él, el club blanco estaría más lejos del Barça y sería menos candidato que el PSG. Pero siempre hay un dardo para él. Ya basta.