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La Copa es para el que la trabaja

El Barça completó las semifinales, aunque no le sobró nada. El Espanyol se queda fuera, pero le ha apretado las clavijas al rival, que estuvo hasta el 93’ amenazado del riesgo de un gol que le dejara fuera. No corrió peligro agobiante, aunque sí hubo una jugada que silenció al Camp Nou: un contraataque de Baptistao con centro a la derecha y caída de Gerard en el área por empujón de Jordi Alba. La jugada me dejó dudas. Pero se fue al limbo y pasa el Barça, que para ambos partidos ha tirado de los titulares, sin más excepción que el portero. Anoche aprovechó además para estrenar a Coutinho, que dejó unas cuantas pinceladas soberbias.


Así que Barça, junto a Valencia, Sevilla y Leganés, el equipo sorpresa. La noticia de que eliminó al Madrid dio la vuelta al mundo. Viendo al Barça pelear con los titulares contra el Espanyol, mucha gente se preguntaba por qué Zidane se sintió tan sobrado como para afrontar la eliminatoria contra el Leganés con el equipo suplente, ese grupo alicaído, tan distinto del de hace un año, cuando tenía a Danilo, Pepe, James, Morata y otro ánimo. Y para colmo, sin Cristiano ni Bale en el banquillo. Se podía entender lo de Cristiano, con su ojo averiado, pero de ninguna manera lo de Bale, que atraviesa un deslumbrante estado de gracia.

La Copa es para el que la trabaja, en fin. Zidane se estará ahora comiendo las uñas, porque el lamentable papel del Madrid en LaLiga lo podría haber compensado parcialmente con un buen recorrido en la Copa. Otro tanto le estará ocurriendo a Simeone. En su caso, el revés ha sido el imprevisto deslizamiento de la Champions a la Europa League. Simeone sí tiró de titulares, pero le traicionó la decisión, tan extendida, de utilizar el segundo portero. Moyá es bueno, pero Oblak es mejor. Se trata de un portero colosal, un ‘primus inter pares’ cuando menos en el panorama mundial. Y enfrente estaba el Sevilla, no un Segunda B.