Bale, listo para ser él otra vez

Ya casi nadie se acuerda, pero Gareth Bale era el mejor jugador del Real Madrid antes de su lesión de tobillo. Desde entonces, le salió todo mal: regresó antes de tiempo para estar en un Clásico, se atrevió a jugar de nuevo sin tenerlas todas consigo y solamente ahora empieza a tener la sensación de salir del túnel. Está listo para volver a ser el Gareth Bale que buscaban sus compañeros. Esa jerarquía se ganó con el tiempo. El galés pedía el balón, solucionaba problemas y marcaba. Imaginen si, justo en el mejor momento de su carrera, alguien les cierra la luz durante un año, en realidad trece meses. En ese extraño pasaje de oscuridad y dudas ha vivido Bale que, ya por naturaleza, monitoriza cada sensación de su cuerpo y, como un coche de Fórmula 1, sólo se siente totalmente a gusto cuando todo rueda sin un solo tornillo por ajustar. Y las dudas siempre matan a los futbolistas.

Bale lo ha pasado mal porque ve delante del espejo un cuerpo excepcional, sabe de sus condiciones extraordinarias, entiende el fútbol como el principio y el final de todas las cosas (el fútbol es todo lo que conoce) y no ha podido ejercer su profesión al nivel que está convencido de ser capaz de ejecutar. Le es un poco igual lo que se diga de él en los bares (los televisivos y los de verdad), apenas le afecta si le pitan. Está convencido de poder ser uno de los grandes jugadores del mundo. Hoy será titular. Jugará cada vez mejor. Volverá a ser clave. Y, si las lesiones no le castigan, nos olvidaremos de que estuvo un año siendo una sombra de lo que puede ser.