El pasillo se lo hizo el Madrid a Rakitic

Ocurrió en el minuto 54. Una buena maniobra de Busquets, iniciando la salida de su equipo. Se vuelve, se revuelve, distrae a varios madridistas y envía hacia Rakitic, que sale hacia arriba. Casemiro no está. Kovacic le puede salir al paso pero, hipnotizado por la proximidad de Messi, le deja pasar. El croata sigue, con  un Madrid abierto en canal, y finalmente abre a la derecha, por donde Sergi Roberto le ha  acompañado y está solo,  libre de la vigilancia de Marcelo. Sergi Roberto cruza el pase al otro lado del área, donde apareció Luis Suárez, libre, para marcar a placer. Un gol limpio, pero insólito por la facilidad del avance de Rakitic.

Ahí se desmoronó el Madrid, que había empezado bien el partido, ahogando al Barça en una lucha uno contra uno que resultó... mientras la pudieron sostener. Zidane hizo algo discutible que ahora se le volverá en contra: sacar a Kovacic, que primero se empleó con Busquets y luego con Messi, en lugar de a Isco. Funcionó mientras funcionó, pero la fatiga agotó la fórmula. Ya al inicio del segundo tiempo el Barça empezó a respirar, y cuando el Bernabéu empezaba a desconfiar llegó esa jugada, la salida solitaria de un hombre que, sin un regate, ni siquiera amago, llevó el balón por todo el campo. Y ahí ya se hundió el Madrid.

El partido tuvo más cosas. Un Iniesta deslumbrante, un libro abierto. Un arbitraje caserillo en las tarjetas y bochornoso al perdonar la expulsión a Sergio Ramos cuando, ya con 1-0, agredió con estrépito a Luis Suárez (La jugada fue un bochorno y su solución con amarilla, infumable). La constatación de la pérdida progresiva de paciencia del Bernabéu con Benzema.  La buena actuación de los dos porteros. El gol número 15 de Messi en el Bernabéu. El doctorado que se sacó Valverde, que ha hecho un Barça mucho menos bello que aquel de no hace tanto, pero eficaz. Y la elocuente diferencia en la tabla de LaLiga. Feliz Navidad a todos.