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La locura del Gol Xicotet Alto

Mestalla vacío. Silencioso. Y ahí arriba, 800 locos, a su bola. “¡Sha la la la la…ohhhh Leganés!”. El marcador del partido ya concluido incitaba al pesimismo. Pero ellos, a su bola. “¡Sha la la la la…ohhhh Leganés!”. No se engañen. Tras la derrota más dura de esta temporada, la anómala (y bendita) reacción de la parroquia blanquiazul desplazada a tierras che contenía toneladas de cordura. La imagen de los suyos ante un equipo lanzado fue buena.

La voz de la conciencia, con acento de Bergara y tono parecido al de Garitano (qué casualidad), dirá que los fallos en Primera se pagan. Dirá que de poco valen las buenas sensaciones si acaban aplastadas por resultados contundentes. Es verdad. Se mereció más. Por instantes el Lega se puso el traje de las grandes ocasiones y aculó al Valencia hasta silenciar Mestalla mientras sólo se escuchaba aquel pedazo de Butarque trasplantado en el Gol Xicotet Alto. Sin embargo, llegado el instante de rematar, falló el estoque, el acero se dobló en la dirección equivocada y el equipo entero pinchó en hueso. Súmenle dos pardilladas (el 1-0 filtrándose por la barrera, el 3-0 tras un penalti innecesario) y el bodegón les quedara lúgubre. Paparruchas. Al sur de Madrid miran siempre la vida con optimismo y allí donde otros purgarían con inquina los pecados de los suyos, en Leganés se festeja la rectitud de un equipo incapaz de doblarse ante el vendaval. Siguiente tormenta: el Barça. Y pase lo que pase, seguro que el final será el mismo: “¡Sha la la la la…ohhhh Leganés!”.