El rodillo del Valencia no para y Mestalla sueña a lo grande
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El Valencia no para y Mestalla sueña. Tiene motivos y sobre todo derecho. El equipo blanquinegro llega al parón de noviembre invicto, con 27 puntos y 30 goles a favor. Parejo, Rodrigo y Santi Mina, éste de penalti, le dan a los de Marcelino su séptima victoria consecutiva y además dejando su portería a cero. Todo ello ante un Leganés que demostró por qué va séptimo y que pecó por no aprovechar dos ocasiones que tuvo con 1-0. Una de Beauvue y otra de Eraso.
Fue Dani Parejo el que rompió el muro del Leganés. Y lo hizo pronto. Ni un cuarto de hora había transcurrido cuando el capitán ché encontró una rendija por la que romperlo. En concreto, el hueco dejado por el salto de la barrera en una falta al borde del área. Su disparo, trastabillado en la pierna de un defensor, sorprendió a Cuéllar. Era la forma de olvidarse Parejo de su decepción por la no llamada de Lopetegui y, sobre todo, el modo de tatar de arrancar el autobús del Leganés.
Pero no se crean que los de Garitano perdieron el sitio. Para nada. El Leganés demostró en Mestalla que si iba séptimo en la clasificación con 17 puntos lo era por algo y no precisamente por casualidad. Los pepineros mantuvieron el orden y sacaron a relucir sus automatismos en lo que a recuperación y contragolpe se refiere. Así empezó Neto a verle las caras a los Szymanowski, Eraso y Beauvue.
El Valencia, en las fases en las que el Leganés hacía pequeño el campo, en las que entre Ezequiel y Beaveu apenas había 15 metros de diferencia, pero infinidad de piernas por el camino, trató de sacar a relucir otros recursos más allá de la velocidad de Guedes. Que si un balón en largo de Murillo a la espalda de Rico buscando a Carlos Soler, que si Rodrigo bajando a recibir para oxigenar o Zaza tratando de combinar de cara con Parejo o Kongobia. Pero hasta el descanso no hubo más noticias de Cuéllar.
Todo lo contrario sucedía con Neto, al que cada vez se le veía más. A él, a Murillo y Garay, que se pusieron a achicar agua a diestro y siniestro. Y en uno de los pocos errores del central colombiano, Beauvue tuvo una de esas ocasiones que no se pueden fallar en un escenario como Mestalla. Su disparo desde el límite del área pequeña de Neto se le marchó alto y, para desgracia del Leganés y fortuna del Valencia, De Burgos Bengoetxea no tardó en dar por finiquitada la primera mitad.
La cosa se reanudó con el mismo guión. Un Leganés bien desplegado y un Valencia que era consciente que su gol de ventaja no le aseguraba nada. La diferencia radicó en que las piernas ya no estaban tan frescas y con el paso de los minutos los pepineros empezaron a dejar huecos. No muchos, aunque sí los suficientes como para que los de Marcelino fueran ronroneando al gol de la tranquilidad.
Lo tuvo Guedes tras un recorte en el área sacado de la nada, al que el portugués le empieza poner 'copyright'. En ese impás del partido los de Garitano quemaron sus últimos cartuchos para salir con puntos de Mestalla. Los pepineros primero reclamaron un penalti que no fue de Montoya sobre Szymanowski y después Eraso se plantó solo ante Neto, aunque el brasileño le ganó el mano a mano.
Ahí acabó el Leganés. Porque en el 7' un centro de Andreas Pereira encontró la cabeza de un inspirado Rodrigo Moreno, que suma 9 goles entre Liga, Copa y España e iguala a Zaza, que esta vez no marcó y se quedó sin igualar el récord de Mundo de 7 jornadas consecutivas viendo puerta. Con el 2-0 hasta el cauteloso Marcelino se veía vencedor. De ahí hasta el final, el partido solo sirvió para que Mestalla se gustara con los suyos y para demostrar lo capitán y compañero que está hecho Parejo, que dejó a Santi Mina que lanzara el penalti que habían cometido sobre él y así el gallego poder mantener el ritmo de goles de los delanteros. Sueña Mestalla. Tiene motivos.
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