Del reencuentro de Mourinho con el Benfica al nuevo viaje de Heynckes
El año 2000. Fueron sólo dos meses. Viajamos al año 2000, cuando Mourinho iniciaba su carrera como entrenador. Daba sus primeros pasos en el Benfica, al que se enfrenta mañana con el Manchester United. Llegó al banquillo ya iniciada la temporada, ante la crisis que se llevó por delante a Heynckes, y sólo aguantó 76 días. Mal sabor de boca dejó por tanto entre las águilas. “Jose I el Breve”, bromeaban ayer algunos. ¡El año 2000 suena tan lejos! Poco queda de aquel treintañero que pasaba de ser intérprete de Bobby Robson o Louis van Gaal a tratar de hacerse grande en los banquillos. Lo logró.
Mónaco. Mientras que a Mourinho le sonríe la temporada, con ese segundo lugar en la Premier y el dos de dos en Europa (3-0 al Basilea y 1-4 al CSKA), a otro entrenador portugués le vienen peor dadas. No había que ser muy listos para adivinar los nubarrones que se avecinaban en Mónaco tras la venta de Mbappé, Mendy, Silva o Bakayoko, pero a Jardim se le ve especialmente tocado. La estadística radiografía sus males: tras siete partidos europeos invicto en casa (seis victorias y un empate), el Mónaco ha perdido los dos últimos.
El golazo de Bale. Aterrizamos en la tercera jornada de la fase de grupos y lo hacemos con la inercia que nos dan los mejores goles de la segunda. En ella, el Real Madrid dio en el blanco con el empalme de Bale en el Signal Iduna Park de Dortmund (llamémosle Westfalenstadion incluso en competición europea, tiene más sabor). El golazo del galés acaparó el 23% de los votos de los aficionados en la web de la UEFA. El de Scott Sinclair en la victoria del Celtic (0-3) ante el Anderlecht recibió el 22% y el de Fernando en el empate (1-1) del Spartak frente al Liverpool, el 19%.
Foto de familia. El Bayern necesitaba una nueva foto de familia. La de Carlo Ancelotti al frente del plantel ya no valía, es un simple póster en las habitaciones de los chavales bávaros, así que ayer tuvo lugar la nueva sesión. El making of nos deja más de una imagen curiosa. Me quedo con una en la que Alaba se frota las manos, no sabemos si por lo que han dejado atrás o por lo que se avecina. Talento hay de sobra para enderezar la nave, que ayer lucía unida en el campo de entrenamiento de Säbener Srasse. Heynckes era la gran novedad junto a sus asistentes Peter Hermann y Hermann Gerland. Las fotos de septiembre se han quedado anticuadas. El bueno de Jupp sí que nos va a hacer viejos a todos.