NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

La lesión de Bale juega a favor de Zidane

Las lesiones de Gareth Bale juegan a favor del Real Madrid. Cuesta decirlo así, de manera tan cruda, pero los números se empeñan en remar en esa dirección. Sin el galés en el campo, el Madrid gana más. La pasada temporada, los problemas físicos impidieron que Bale creciera hasta donde su extraordinaria Eurocopa 2016 parecía augurar. Fue vital en el buen hacer de Gales, pero meses después, en su club, se desdibujó por completo y acabó en la cuneta de las predilecciones del aficionado blanco.

Ahora, una nueva lesión le tendrá alejando de los terrenos de juego durante aproximadamente un mes, lo que juega en su contra y a la vez alivia parte del rompecabezas que tiene ante sí Zidane con tanto talento por metro cuadrado. La estadística nos dice: con Gareth, el Real Madrid gana el 70,8% de los partidos, y sin él ese registro sube hasta el 80,49%. El análisis nos deja otro titular de portada: Bale se ha perdido el 33,75% de los partidos.

Es una pena que Bale no juegue. Estaba llamado a ser pieza capital del proyecto madridista, pero el paso del tiempo (esta es su quinta temporada en el club) ha demostrado lo contrario. Se le ve sin confianza, algo que no es de extrañar ante tanto percance, se le ve perdido con el balón en los pies, se le ve como si vistiera de negro en una fiesta a la que a todos se les hubiera invitado a asistir de blanco (como aquella de Truman Capote en Hotel Plaza de Nueva York...).

El 4-4-2 juega en su contra

La suerte está tan en contra que el problema en el sóleo izquierdo le hará perderse (salvo milagro) los dos partidos de Champions League ante su querido Tottenham. Las lesiones y el calor del 4-4-2, ese que ayuda a que el Madrid no juegue desnudo, consolidan un proyecto de equipo en el que Bale no tiene sitio. Me gustaría equivocarme y que el juego y los goles nos obligaran a escribir en breve del mejor Bale posible, pero mucho me temo que el tiempo juega en su contra.