Zidane no necesita remiendos

Todos sabemos que lo más complicado después de una temporada triunfal es seguir ganando títulos como churros. Normalmente a los entrenadores ganadores les entra el vértigo y piden refuerzos para meter guindilla en el vestuario y evitar un exceso de triunfalismo que puede ser letal,pero Zidane es también en esto un técnico atípico. El francés ha perdido 20 goles y dos jugadores importantes en la rotación y no le ha dado ni la más mínima importancia. Ha cerrado filas en torno a un grupo joven y ganador que está a muerte con su jefe porque,entre otras cosas, les demuestra cada día una fe ciega en sus posibilidades. Es verdad que Zizou maneja una gran plantilla, pero también es una realidad que su maravillosa gestión de la caseta y su personalidad para llevar a cabo rotaciones extremas han sido la clave para que todos estén satisfechos y enganchados, sea cual sea su rol en el equipo.

Atrás quedan exigencias estúpidas de algún entrenador lenguaraz que obligaba a Florentino a dejarse la pasta en futbolistas que ni en el mejor de sus sueños se habrían imaginado con el escudo del Madrid en el pecho. Flota en el ambiente madridista la sensación de que habría sido conveniente la llegada de un central y un nueve para poner la guinda a una plantilla excepcional, pero Zidane ha preferido apostar por un grupo que le demuestra una fidelidad absoluta antes que ir al mercado a fichar una medianía que no te va a solucionar la papeleta. El entrenador madridista acepta el brutal reto de ganar los seis títulos pidiendo poco y trabajando mucho.