Kovacic, austriaco con alma de croata
En la primavera de 1994 llegó al mundo en una preciosa ciudad austriaca atravesada por el Danubio: Linz. Hasta allí habían emigrado tres años antes los padres de Mateo, huyendo de la terrible Guerra de los Balcanes. Kovacic se inició en el fútbol en la tierra de Prohaska, Pezzey, Krankl Y Polster. Con 13 años de edad, su familia regresó a Croacia. El pequeño Kovacic era tan bueno que se enroló en las filas del Dinamo Zagreb y con 16 años se convirtió en el goleador más joven de la liga croata. Con 19 se lo llevó el Inter para que hiciese carrera en el Calcio. Y con 21 le captó Rafa Benítez. El mejor legado que dejó el técnico madrileño. Costó 30 millones que ahora parecen baratos, hasta el punto de rechazar el club ofertas que doblan con creces esa cifra.
Kovacic es un chaval feliz. Su modus vivendi es el idóneo para un profesional. Se casó este verano con su novia Izabela Andrijanic y Madrid les encanta. A los dos meses de llegar en 2015 ya hablaba castellano como si hubiese nacido frente a la Puerta de Alcalá. A Zidane se lo ha ganado. Un box to box capaz de hacer de Casemiro o de Modric. Y si hay que tirar a gol, no se corta. Otro diamante de la Segunda Unidad de Zizou.