El merecido reinado de Sergio Ramos
El héroe de la Décima quedó entronizado anoche en el Bernabéu como el auténtico rey del Real Madrid. El club supo respetar los galones en la celebración de la maravillosa ‘Docena’ y dejó que fuese el que cerrase el turno de apariciones con una ceremonia emotiva ante un Bernabéu repleto. Ramos es mucho más que el capitán. Es el auténtico líder que teje los hilos en este equipo que en el campo es una piña y fuera de él también. El otro día me comentó, camino de Cardiff, un veterano blanco que “Sergio Ramos ha hecho una labor impagable en estos últimos años. El vestuario es una roca gracias a él. Su autoridad moral con el grupo es buena parte de los éxitos que están llegando”.
En una noche donde el orgullo del madridismo se hinchó como nunca, también hay que reparar en otros actores principales. La afición y el equipo pidieron el Balón de Oro para Cristiano, al que en este estadio nadie más se atreverá silbar tras su portentosa exhibición en el Millenium. Y me quedo con el cariño sentido y sincero que la grada le dio a Keylor (¡tico, quédate!), Pepe (me da mucha pena que se tenga que ir y he comprobado que no soy el único), Isco (convertido definitivamente en el nuevo ídolo del madridismo), Morata (quédate aquí campeón, habrá minutos para todos) y Carvajal y Marcelo (los dos mejores laterales del mundo). Disfruté viendo la piña con 23 hombres jugando como si estuvieran en el recreo del cole. El más revoltoso fue Asensio, al que el Bernabéu se abrazó ayer convencido de que pronto será uno de los mejores del mundo. ¡¡Hala Madrid!!