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Final de Leyenda

Adiós Calderón. La afición del Atleti te ha despedido como te mereces, a lo grande, con los seguidores rojiblancos puestos en pie, cantando el himno... Adiós Calderón. El último gol de un futbolista del Atleti lo ha marcado Pedraza, criado en la cantera, representante de un equipo nutrido de gente de la casa. Pedraza marcó el último. El final del estadio Vicente Calderón, templo de la felicidad, fue de Leyenda. Porque sólo así se puede explicar ver a Marcelino, aquel lateral de los años 80, marcharse tras haber jugado unos minutos y antes de irse besar el césped del estadio. De leyenda ha sido ver a Pantic tirar un córner en su esquina. Y quitar el ramo de Margarita ante el delirio de la afición. Leyenda es ver a Luiz Pereira intentando cortar un balón en defensa o al pollito Rubio hacer un último regate. Leyenda era ver a Abel en el banquillo o a la hinchada rojiblanca cantarle uruguayo uruguayo a Diego Forlán. De Leyenda era ver a Ujfalusi responder a tantas y tantas muestras de cariño. Nadie diría que es de la República Checa. Para siempre es y será uno del Atleti. De Leyenda fue ver a la afición rojiblanca aplaudir a Ronaldinho como si fuera del Atlético. El brasileño también se fue besando el terreno de juego. De Leyenda fue ver a Higuita tirando un penalti con el Calderón jaleándole. Y después de marcarlo, volver a su portería ante los aplausos de la afición. De Leyenda fue comprobar como la gente no olvidó a Donato, ni a Perea, ni a Adrián, ni a Movilla... Ni, por supuesto, a los Votava, Ruiz o Clemente.

De Leyenda fue ver a los que construyeron la historia del Atlético posar juntos al final del partido. Una foto para la historia, una instantánea para la eternidad... Jamás lo olvidaremos. Entre ellos, los premiados Manolo Briñas y Carlos Peña. Jugadores de muchas generaciones juntos. Los que jugaron un partido o los que hicieron historia. Todos dieron la vuelta de honor. No faltó de nada, pues en los prolegómenos del partido paracaidistas del Ejército del Aire aterrizaron en el estadio con las banderas de Scholas, del Atlético y de España. Porque el Calderón ha sido un estadio querido y respetado por todos los rivales rojiblancos. Adiós Calderón. La gente te despidió a lo grande. Sí, fue un final de Leyenda.