El Madrid se llevó un baño turco

El rugido con el que el Sinan Erdem de Estambul recibió al Real Madrid ya anunciaba el infierno donde se iba a jugar el pase a la final de la Euroliga. Si además mirabas al banquillo rival, allí se elevaba, gigantesca, la figura de Zeljko Obradovic, el técnico más laureado del continente: este domingo aspirará a su noveno título, justo el mismo número que colecciona el Madrid. No habrá Décima, al menos este año. Los turcos salieron en tromba, abrieron brecha y no mostraron ninguna grieta. Así de claro. El equipo de Pablo Laso solo tuvo un despertar en el segundo cuarto, cuando tres triples consecutivos colocaron el marcador en 26-24. Pero la alegría duró un suspiro, porque el Fenerbahçe volvió a pisar el acelerador y supo rentabilizar sus ventajas, que llegaron a los 15 puntos, con un trabajo en bloque.

Enfrente, lo que menos funcionó fue precisamente eso: el bloque. En el primer cuarto, Sergio Llull metió 11 de los 13 puntos del Madrid. En el segundo, su cuenta aumentó a 19. Pero nadie le acompañaba hasta que, ya en la segunda parte, Carroll sacó su fusil. Llull terminó el partido con 28 puntos (32 de valoración) y Carroll cerró con 21 (19). Y pare usted de contar. Doncic y Rudy Fernández tuvieron una aportación nula, con cero puntos y dígitos negativos. En el juego interior, con Felipe Reyes de espectador, también hizo aguas, y sólo Hunter se animó un poco al final del encuentro. No fue un buen partido del Madrid, que se llevó un baño turco. Ahora toca recuperarse, jugar la innecesaria final de consolación, y centrarse en unos playoffs de la ACB que, en su caso, asoman ya este miércoles.